Guía práctica y efectiva para el control de gastos
Sabes que no estás llevando un buen control de gastos personales cuando cada quincena te quedas sin dinero y sobrevives pidiendo prestado.
Nos preocupa que no nos alcance el dinero, vivimos estresados porque nos la pasamos debiendo, tenemos insomnio porque el nivel de deudas nos está ahogando; pero al final, no estamos tomando medidas para lograr un control efectivo de nuestros gastos personales, así que aquí te daremos algunas recomendaciones que te serán de utilidad:
Lo que gastas
Haz una lista detallada de todo lo que gastas en el mes. Desde el súper, la renta o hipoteca, el pago del auto o de transporte, la comida, la salida con los amigos, los hijos, el pago del agua, la luz, el servicio de telefonía móvil. En fin, que no se te pase ningún concepto por mínimo que parezca.
Lo que ganas
No queda de otra más que tomar lápiz y papel, o una hoja de Excel y a hacer cuentas para saber cuánto ingresas y en qué te lo gastas. Muchas veces ni siquiera reparamos en cuánto ganamos, ya sea porque tenemos en mente el sueldo bruto, es decir, antes de quitar los impuestos; o porque creemos que las comisiones que nos pagan son más elevadas. Por eso verifica tus comprobantes de ingresos y analiza realmente cuánto es lo que ganas.
Gastos hormiga
Pon especial atención en aquellos gastos que parecen mínimos e imperceptibles pero que al mes adquieren mayor peso. Por ejemplo, los cigarros, la propina que le das al “viene, viene”, el café de la mañana.
Ajusta
Una vez que has hecho cuentas sobre cuánto ganas y en qué lo gastas, ajústate a un 90 por ciento de tu sueldo. Es decir, si ganas 10 mil pesos, elabora un presupuesto de gasto sobre 9 mil pesos. En realidad, la mayoría de las personas gastamos más de lo que ingresamos y recorta en todos aquellos rubros en los que puedas ahorrar.
Ahorro
El 10 por ciento de tu sueldo que no te gastes, ahórralo o destínalo en un inicio al pago de tus deudas.
Lo importante es que con medidas como ésta tomes mayor conciencia sobre cómo gastas tu dinero. Seguramente, después de este ejercicio, la próxima vez que vayas a ponerte de espléndido invitando a comer a tus amigos, tendrás en mente si se sale o no de tu presupuesto, o qué rubro tendrás que sacrificar para darte ese gusto.