El feminismo también está en el dinero. Por Itzeel Gutiérrez.
La palabra ahorro proviene del árabe “hurr”, que significa libre de esclavitud, y aunque hoy su significado está más ligado a posponer un gasto presente por un gasto futuro, lo cierto es que el ahorro, en un sentido más amplio, tiene el propósito de darnos libertad. Libertad para hacer y decidir.
¿Por qué el dinero importa?
Las personas buscan la independencia y libertad financiera para tomar decisiones que, en principio, les ayuden a cubrir sus necesidades básicas pero que después, les sirve como un medio para la autorrealización.
Sin embargo, para muchas mujeres y poblaciones en situación de pobreza, la falta de acceso a educación financiera o tenencia de servicios financieros limita no sólo las aspiraciones de autorrealización sino el acceso a los derechos más elementales como una pensión al momento del retiro laboral.
Las áreas de rezago
Existen brechas de género que han surgido a partir de condiciones contemporáneas como la subrepresentación de las mujeres en las plataformas digitales de inversión o como usuarias de servicios financieros sofisticados. GBM+, la plataforma digital de inversión y gestión patrimonial de Grupo Bursátil Mexicano, la casa de Bolsa más grande del país por número de cuentas, reveló que las mujeres representan 18% del total de sus usuarios.
7 datos relevantes
Acá compartimos algunos datos para ilustrar la todavía existente brecha de género en la cancha financiera, aquí te dejamos algunos factores:
- Acceso a trabajo remunerado
La brecha en la participación económica entre mujeres y hombres descendió 8 puntos porcentuales de 2008 a 2018. A pesar de este avance, la brecha aún es amplia.
Actualmente, el 52% de las mujeres son económicamente activas, contra el 83% en los hombres de acuerdo con el estudio Pobreza y Género en México, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). - La carga de las labores del hogar
Con 22 horas a la semana, las mujeres destinan 2.5 veces más de tiempo que los hombres a los quehaceres del hogar, según Coneval. - Acceso a servicios financieros
El 34.8% de las mujeres de 18 a 70 años no cuenta con ningún producto financiero; es decir, no tiene cuenta; ni un crédito con un banco u otra institución financiera, ni un seguro privado ni una cuenta de ahorro para el retiro.
Ese porcentaje es de 28.2% en el caso de los hombres, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF).
- Tipo de formación en educación superior
En cuanto a formación profesional, las mujeres dominan la matrícula de carreras de humanidades y ciencias sociales. Los hombres, por su parte, dominan la matrícula en ingenierías. Por ejemplo, de la matrícula universitaria para ingenierías y tecnología 69% son hombres y 31% son mujeres, reveló un análisis hecho por Claudia Alonso Pesado en el XV Encuentro Internacional de Estadísticas de Género con cifras de ANUIES. - Mujeres en puestos de decisión al interior de instituciones financieras
En México, sólo el 13% de los puestos en comités ejecutivos de firmas financieras son ocupados por mujeres contra un promedio global de 20%, de acuerdo con la firma financiera Oliver Wyman.
Existen diversas hipótesis sobre las razones detrás de este fenómeno. No necesariamente se trata de que las mujeres no cumplan con los perfiles profesionales necesarios para ocupar puestos de alto nivel sino que puede existir una autoselección de las mismas mujeres en contra de perseguir puestos más altos entre los que puede estar un sistema de desincentivos o la educación que reciben desde niñas. - El rezago salarial vs. los hombres con puestos similares
En cuanto a remuneraciones, cifras de 2018 indican que la brecha salarial persiste. En la población sin pobreza, las mujeres recibieron 90 pesos por su trabajo por cada 100 pesos que percibieron los hombres.
En contextos de pobreza, la brecha crece, ya que las mujeres obtuvieron 73 pesos por cada 100 pesos respecto de los hombres, según Coneval. - Trayectorias laborales interrumpidas
La densidad de cotización promedio de los hombres es cerca de ocho puntos porcentuales mayor que la de las mujeres. Esto indica que las mujeres permanecen más tiempo en la informalidad o salen temporalmente de la fuerza laboral por diversas circunstancias como la maternidad, expone el documento Densidades de cotización en el Sistema de Ahorro para el Retiro en México publicado en 2017.
La menor densidad de cotización de las mujeres podría traducirse en que un mayor porcentaje de ellas no tendría cobertura pensionaria al retiro.