Colchón para bebés que previene deformidad craneal
Se trata del primer colchón para bebés con certificado sanitario en Europa y está supervisado por la Agencia Española del Medicamento.
Un equipo de investigadores del Instituto Europeo de Calidad del Sueño (ESCI en sus siglas en inglés) ha creado un «colchón inteligente» para bebés, que previene y corrige la plagiocefalia postural en los primeros meses de vida e incorpora también nanomuelles para mejorar la disipación del calor.
El colchón, que se ha desarrollado íntegramente en España y es fruto de cinco años de investigación, incorpora innovaciones que permiten reducir el riesgo de muerte súbita del lactante, detecta la fiebre del bebé con cambios de color, e inhibe la bacteria responsable de las erupciones cutáneas.
Incorpora un troquel que reduce la presión sobre la zona occipital del bebé para que no desarrolle la plagiocefalia, y que se puede quitar fácilmente si se produce la malformación, dejando un hueco que recoge la cabeza y potencia la capacidad de autorrecuperación.
Reduce en un 72 % el riesgo de muerte súbita
También incorpora otros avances anteriores que le han hecho merecedor de distintos reconocimientos, entre ellos «conseguir reducir en un 72 % el riesgo de muerte súbita por reinhalación de CO2, en un 48 % el riesgo por exceso de calor y en un 60 % por problemas de ergonomía».
La funda está elaborada además con una tela inteligente capaz de modificar su color cuando detecta que el bebé tiene fiebre, e inhibe en un 99 % la presencia de la bacteria estafilococo aureus, responsable de infectar las erupciones en la piele de los bebés.
Según ESCI, la recomendación médica de acostar boca arriba a los bebés para evitar el síndrome de la muerte súbita ha elevado hasta un 48 % los casos de plagiocefalia postural en países desarrollados.
Un bebé duerme «unas 9, mil 800 horas en sus dos primeros años
Esta deformidad craneal puede llevar en algunos casos al abombamiento de una parte de la frente, desplazamiento de una oreja, reducción del tamaño de un ojo e incluso rotación de cabeza, pudiendo acarrear problemas de tortícolis, trastornos en la percepción visual, retraso motor o dificultad en la capacidad de atención y aprendizaje.
El director de Innovación de ESCI, Tomás Zamora, ha destacado que un bebé duerme «unas 9, mil 800 horas en sus dos primeros años de vida» y que «la calidad del descanso influirá en su desarrollo», y ha asegurado que «la prevención y la reacción temprana son las medidas más efectivas ante los primeros síntomas de plagiocefalia».
EFE/SALUD/TECNOLOGIA