CEO de Uber renuncia ante la presión de inversionistas
La firma atraviesa momentos complicados tras escándalos de acoso sexual en oficinas, robo de de secretos comerciales y esfuerzos para engañar a reguladores gubernamentales
No quedó claro quién sustituirá a Kalanick
Travis Kalanick, el combativo y problemático director general y cofundador de Uber, renunció a su cargo ante la presión de los inversionistas en un momento crítico para el servicio de transporte privado.
La junta directiva de Uber confirmó la marcha a primera hora del miércoles. Kalanick se está tomando un tiempo para recuperarse de la muerte de su madre en un accidente de barco «mientras da espacio a la empresa para afrontar este nuevo capítulo en la historia de Uber», señaló en un comunicado. Seguirá formando parte de la dirección de Uber Technologies Inc.
Buscan mejorar sus relaciones con choferes
El cambio se produce en un momento en que la mayor empresa de alquiler de autos con conductor del mundo atraviesa problemas para convertirse en una firma madura capaz de minimizar pérdidas y lograr beneficios consistentes. Tras ocho años de un crecimiento formidable que cambiaron el negocio del taxi, Uber había alcanzado un punto donde la cultura creada por la compañía amenazaba con matarla.
En un comunicado, el cofundador de la firma, de 40 años, dijo que su renuncia ayudará a Uber a reconstruirse «en lugar de distraerse con otra disputa”, una aparente referencia a los esfuerzos de la junta por prescindir de él.
No estuvo claro de inmediato quién sustituirá a Kalanick.
La decisión se produce tras una serie de costosos errores bajo el mando de Kalanick que dañaron la reputación de la empresa, como la revelación de casos de acoso sexual en sus oficinas, acusaciones de robo de secretos comerciales y por una investigación sobre los esfuerzos para engañar a reguladores gubernamentales.
El martes, la firma se embarcó en un programa de 180 días para cambiar su imagen, permitiendo que los usuarios den propina a sus conductores a través de la aplicación en celulares, algo a lo que Kalanick se había resistido. Los conductores decían que Kalanick no valoraba su trabajo aunque ellos son el corazón de la empresa de San Francisco.
Propinas en todo EE.UU. en julio
Uber anunció el martes que por primera vez va a permitir que los clientes puedan dar propinas a los choferes en Estados Unidos, parte de una estrategia para volver a definirse como una empresa humana y con consciencia.
Aparte de la opción para dar propina con un solo toque en su aplicación, la empresa de servicio de taxis particulares está dando a los choferes la oportunidad de hacer más dinero de otras maneras.
A los usuarios se les cobrará por minuto si es que dejan a un carro esperando por más de dos minutos. Uber también reducirá el tiempo que un usuario tiene para cancelar su pedido y evitar el cargo de cancelación de cinco dólares, de cinco a dos minutos después de que se pidió el taxi.
Uber no se quedará con nada de la propina que les den a los choferes. La empresa con sede en San Francisco seguirá quedándose con parte del cargo de cancelación, así como del nuevo cargo de tiempo de espera.
La opción para dar propina, que desde hace mucho está disponible en la aplicación de su rival Lyft, estará disponible a partir del martes en las ciudades de Seattle, Houston y Minneapolis. Uber planea ampliar esto a todas las ciudades estadounidenses para fines de julio. Las otras funciones estarán disponibles a partir de agosto.
Cambio de estrategia
El esfuerzo para mejorar la relación a veces encontrada con sus choferes es parte de una estrategia amplia para revertir el daño que la reputación de Uber sufrió.
«Estos conductores son nuestros socios más importantes, pero no hemos hecho un buen trabajo para honrar esa sociedad», dijo Rachel Bolt, manager general de Uber en Canadá y Estados Unidos. Holt es parte del equipo de liderazgo que dirige Uber ahora que el director general de la compañía Travis Kalanick está de licencia.
En los últimos ocho años, Uber estableció el servicio de taxi particular más grande del mundo, pero también la reputación de tener tácticas crueles que ocasionalmente indignaron a reguladores del gobierno, sus choferes, sus clientes e incluso a sus propios empleados.
NUEVA YORK (AP)