El difícil camino de las mujeres hacia la independencia financiera. Por Itzeel Gutiérrez Tobias.
Las mujeres todavía enfrentan muchos retos —más que los hombres— para alcanzar la independencia financiera. Por ejemplo, para ganar lo que un hombre logra en la misma posición, una mujer debe trabajar en promedio casi dos meses más cada año, según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en México. Por ello, en el país muchas mujeres aún dependen económicamente de sus esposos o sus familias.
Responsabilidades compartidas
La Plataforma de Acción de Beijing —que encabeza ONU Mujeres con algunos países como México— postula que las naciones aliadas deben promulgar y hacer cumplir la legislación para garantizar los derechos de mujeres y hombres a igual salario por el mismo trabajo igual o trabajo de igual valor. También deben adoptar e implementar leyes en contra de la discriminación por razón de sexo en el mercado laboral, considerando especialmente a las trabajadoras mayores.
Asimismo, el proyecto apunta que es necesario eliminar las prácticas discriminatorias de los empleadores y tomar las medidas adecuadas teniendo en cuenta el papel y las funciones reproductivas de la mujer, evitando la denegación de empleo y el despido debido al embarazo o la lactancia, o la exigencia de prueba del uso de anticonceptivos, y tomando medidas eficaces para garantizar que las mujeres embarazadas, las mujeres con licencia de maternidad o las mujeres que se reincorporan al mercado laboral después de tener hijos no sean discriminadas.
Ayala, por su parte, exhorta a las autoridades a que fomenten la inclusión financiera para las mujeres, en el entendido de que viven más años que los hombres, en promedio, y que tienen ciclos de vida distintos en su carrera profesional debido a la maternidad.
Iturriaga también considera importante que los gobiernos garanticen el acceso a más oportunidades y mejores salarios, pero indica que es indispensable tener una mejor educación y administración financiera. En esto pueden colaborar las empresas privadas. «Es necesario que los gobiernos sigan impulsando marcos regulatorios que permitan la innovación para que, en este caso, más empresas tecnológicas como fintech, insurtech y edutech puedan brindar opciones diferentes y accesibles para todas las personas, desde educación financiera hasta tarjetas de débito, de crédito, préstamos y seguros».