Se derrumban los mitos sobre el cerebro
“Necesitamos todo el cerebro para todas nuestras actividades durante 24 horas”, es un mito que solo usemos el 10%.
Ni solo utilizamos una parte del cerebro, ni tenemos más capacidad de aprender hasta los tres años, ni hay quienes tienen poderes extrasensoriales como la telepatía. Estos son algunos de los mitos relacionados con el cerebro que desmonta el médico y profesor Francisco Mora.
Doctor en Medicina por la Universidad de Granada, en el sur de España, y doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford, en Inglaterra, Mora ha escrito “Mitos y verdades del cerebro” en un momento en el que “todos somos conscientes del daño que están provocando las falsedades”.
“Una mentira se descalifica pronto mientras que un mito tiene ingredientes de verdad a lo largo de la historia de la Humanidad”, apunta el experto en convergencia entre ciencias y humanidades en una entrevista con Efe.
Sólo utilizamos el 10% de nuestro cerebro
“Si de un celebro de 1.450 gramos no utilizamos el 90% es llamar estúpida y obsoleta a la evolución biológica”, subraya el profesor quien afirma: “Necesitamos todo nuestro cerebro para todas nuestras actividades durante 24 horas, aunque es cierto que no todo el cerebro se utiliza al mismo tiempo”.
El mito de los tres primeros años
No hay evidencia científica que avale que en ese periodo de gran transformación en el cerebro del niño, hasta los tres años, absorba todo tipo de estímulos más allá de lo sensorial y emocional.
“Traemos códigos programados que se expresan o no en función del medioambiente, de la cultura y los estímulos que recibimos. Pero el niño hasta los tres años tiene que aprender lo sensorial y lo motor a través de juego. El juego es el disfraz del aprendizaje y eso es lo que hay que potenciar en casa, no hacer deberes”.
El efecto Mozart
Un estudio publicado hace 25 años en la revista científica “Nature” asociaba una mejora de las funciones cognitivas en universitarios que habían escuchado una sonata para piano de Mozart frente a otros que hicieron actividades diferentes. Algo que se convirtió en un fenómeno, el “efecto Mozart” se asoció a a una mejora de la inteligencia.
“Cualquier tipo de estímulo ligeramente excitante comparado con la monotonía del silencio sería capaz de producir un “efecto Mozart” pasajero, tanto incluso como lo pudiera hacer, señalan algunos autores, una buena taza de café. El efecto Mozart es un mito”, explica Francisco Mora en su libro. Precisa, no obstante que tocar un instrumento musical «sí produce un alto beneficio en los niños».
El mito de la percepción extrasensorial
Telepatía o lectura de la mente de otra persona; clarividencia o capacidad de ver lo oculto y precognición o don de adivinar eventos o sucesos, son algunas de las percepciones extrasensoriales que algunas personas dicen poseer.
“Tales capacidades no existen. Todas ellas nacen del pensamiento mágico, del miedo y del engaño”, señala el experto, quien apunta que no existen evidencias científicas al respecto y alude al azar como parte de la explicación.
Verdades frente a mitos
Frente a los mitos, el profesor Francisco Mora resalta algunas verdades relacionadas con el cerebro:
“Creemos que ser bilingüe tiene consecuencias para lo que llamamos la reserva cognitiva, es beneficioso de cara al deterioro cognitivo junto con el ejercicio físico aeróbico y las relaciones sociales. Es el trabajo de aprender y memorizar más que la lengua como instrumento en sí mismo”, según Francisco Mora.
Aprender y memorizar en todas las edades
“Antes que a comer, beber, dormir…-explica el doctor- aprendimos a aprender y a memorizar porque la supervivencia depende de ello. Poca gente sabe que la plasticidad del cerebro, el cambio a mejor, está en que lo que aprendes y memorizas, transforma tu cerebro, cambia la estructura anatómica de las neuronas y de sus conexiones”.
Inteligencia
La inteligencia no es una dotación que al nacer ya venga impresa “de fábrica” en el cerebro, ni tampoco es algo fijo, sino que existen múltiples inteligencias que se expresan en el individuo de forma diferente dando lugar al talento si sobresale algunas de ellas, como la lingüística o dominio del lenguaje y la comunicación; la lógico-matemática; la espacial; la musical o la intrapersonal o emocional.
“La inteligencia -en sus muy variadas expresiones, múltiples inteligencias- es producto del juego entre genes, medioambiente y tiempo”, afirma el profesor.
La atención
«La capacidad de atención ejecutiva plena no parece durar más allá de los quince o veinte minutos», dice el profesor. Por eso considera que en ningún nivel de enseñanza debiera haber un discurso continuado de profesor alguno que se extendiera más allá de ese tiempo. Lo ideal es cortar, hacer una interrupción y volver a retomar minutos después captando de nuevo la atención plena.
El neuroexperto Francisco Mora concluye: “Decir yo soy mi cerebro no es correcto, es cierto que este órgano representa una parte importante de lo que somos, pero no es lo que somos”.
EFE/REPORTAJES/ Por Ana Soteras