¿Son las mujeres más eficientes a la hora de invertir su dinero? De Itzeel Gutiérrez.
Cuando invertimos nuestros ahorros, ¿Qué nos lleva a tomar una decisión u otra? ¿Por qué unos tienen un perfil más agresivo mientras otros son más conservadores? La neuroeconomía, disciplina que aúna economía, psicología y neurociencia, es la responsable estudiar nuestra actividad cerebral durante la toma de decisiones económicas.
Pedro Bermejo, experto en neurociencia y autor de ‘El cerebro del inversor’, explica en su libro que nuestro cerebro puede tomar decisiones racionales, aquellas en las que podemos analizar detenidamente los datos que disponemos; y emocionales, en las que interfieren estados psicológicos como el miedo o la alegría. Y, cuando se trata de invertir, estas últimas son las más peligrosas, ya que nos llevan a seguir tendencias eufóricas o de pánico en lugar de continuar con nuestro objetivo a largo plazo.
El mundo las finanzas y la inversión, en el que tradicionalmente han predominado los hombres, cada vez cuenta con más mujeres que quieren sacar rentabilidad a sus ahorros. Esto permite observar ciertos patrones de conducta que se repiten en un sexo y otro. Tal y como explica Bermejo en su libro, la causa de estas diferencias es la testosterona, una hormona principalmente masculina, que empuja a “los hombres a tomar decisiones más arriesgadas y entrar y salir más veces del mercado”, mientras que las mujeres tienden a pensar las cosas más detenidamente.
Según varios estudios, esta mentalidad más conservadora en torno al dinero hace que las mujeres sean mejores inversoras que los hombres, ya que dedican más tiempo a reflexionar, focalizándose en el largo plazo, en lugar de dejarse llevar por emociones más arriesgadas. Esta diferencia a la hora de tomar decisiones también se refleja en el II Observatorio del Ahorro y la Inversión en España que Bestinver ha elaborado en colaboración con IESE: según los datos extraídos, mientras que ellas buscan ahorro e inversión más conservadora, como incrementar bienes inmuebles o inversión en plan de pensiones, ellos se decantan más por incrementar su inversión financiera y se interesan por acciones.
En primer lugar, cabe destacar que, tal y como refleja el Observatorio, el perfil del inversor continúa siendo predominantemente masculino: un 53,7% son hombres frente a un 46,3% de mujeres. Una diferencia que, aunque se mantiene, ha disminuido ligeramente respecto a los datos de 2018, que reflejaban una brecha de más de un 10%. Según Ana Fernández, Directora de AFS Finance Advisors EAFI, esto puede deberse a que “históricamente, han sido los hombres los que se han ocupado de la generación de los recursos, y considero que hay una continuidad de ese componente cultural de ahorrador en el hombre”. Algo que está cambiando, teniendo en cuenta la incorporación de la mujer en puestos directivos y empresariales, incrementando su capacidad de ahorro.
En el momento de decidir una inversión, para las mujeres es más relevante que les garantice la mínima pérdida de capital, obtener una renta periódica y deducciones fiscales. En cambio, ellos presentan una mayor capacidad de asumir el riesgo, considerando la bolsa como un activo rentable a largo plazo y con mayor confianza que ellas hacia los fondos. Sin embargo, ahorran menos que las mujeres y no consideran una inversión tan segura el activo inmobiliario. Todo ello se refleja en los productos financieros que, finalmente, suele contratar cada uno: los hombres se decantan, en mayor proporción, por fondos de inversión y acciones, mientras que las mujeres prefieren contratar seguros de ahorro.
Por otro lado, entre las razones más frecuentes que muestran los encuestados para ahorrar o invertir, las prioridades coinciden: contar con dinero para emergencias e imprevistos (81,0%), que no disminuya el nivel de vida en el futuro (80,4%) y ayudar a los hijos y su educación (74,1%). Sin embargo, si diferenciamos entre sexos, vemos cómo las mujeres dan importancia a temas que tienen que ver con la vivienda habitual, como realizar reformas en el hogar (+13,2% que los hombres), reducir las deudas del hogar (+8,8%), comprar una vivienda habitual (+7,1%) y comprar equipamiento doméstico (+5,4%). Además, también valoran más disponer de dinero para ir de vacaciones (+6,0%) y comprar medios de transporte (+6,6%). Por otra parte, los intereses de los hombres destacan más en la compra de joyas, obras de artes y antigüedades (+4,8%), dejar herencia (+2,2%) y comprar una segunda vivienda (+1,4%).
“Hay un factor antropológico que explica el porqué de esa diferencia”, afirma Ana Fernández, “las mujeres eran recolectoras y planificaban los recursos para la supervivencia, mientras que el hombre era el cazador, el responsable de encontrar los recursos para la supervivencia”. En cuanto al “cuidado, la educación y la protección de los hijos, son fundamentales tanto para hombres como para mujeres. Ellos lo enfocan poniendo a trabajar todos los recursos, incluso las deudas, para generar recursos para la supervivencia y las mujeres, planifican sus activos, ingresos y bienes, desde un enfoque de preservación y planificación del consumo de los recursos”
¡HAZ CLIC EN EL BANNER PARA MÁS INFORMACIÓN!