Wild Wild Country, el sueño de un falso profeta
Territorio Netflix and Chill. La Biblia menciona que muchos vendrán en el nombre de Jesús, pero traerán con ellos muerte y destrucción. Una profecía que tomó sentido en la utopía Rajnishe.
Orgías, paz y una pizca de opulencia. Así lo promulgaba Bhagwan Shree Rajneesh, también conocido como Osho, originario de Bhopal, India, quien logra sintetizar gran parte del pensamiento y filosofía Hindú para fundar el Movomiento Rajnishe que a muy grandes rasgos, confronta a las religiones más populares como el cristianismo, el hinduismo o el islam, teniéndolas como obsoletas, engañadoras y prohibitivas. Además critica el régimen de Gandhi y el capitalismo como forma de organización económica.
El popular gurú, tiene más bien una visión aparentemente armónica que pretende que la humanidad vuelva a su estado de paz natural, reconciliándole con la naturaleza y con los demás seres vivos. Por si esto fuera poco, parte radical de su pensamiento es privilegiar las relaciones sexuales como un acto máximo de alabanza y elevación espiritual. Hasta aquí todo wow ¿no? ¡Todos queremos ser Rajnishees!
Más como todo líder religioso, evidentemente utiliza formas poco ortodoxas para manipular a sus seguidores y de esta manera ir obteniendo riquezas y beneficios personales.
La gran utopía del falso profeta
Todo era risas y diversión hacia finales de los años setenta e inicios de los ochenta para los Rajnishees. La palabra de paz basada en sexo se había propagado a lo largo de la India y por el mundo comenzaban poco a poco surgir células del pensamiento de Osho, pero el templo de la India se iba haciendo chico conforme llegaban más y más seguidores mientras sus deudas y fraudes comenzaban a hacerse más grandes.
Fue gracias a una de sus colaboradoras más cercanas, que el líder espiritual logra hacerse de un terrenito en Oregon en donde una serie de eventos desafortunados, llevan al conocido líder a caer en picada desde el punto más alto de la fama.
Oregon para los oregonianos
Con lo que nunca pensaron toparse estos hippies, liderados por Sheela, la asistente personal de Bhagwan, fue con la obstinación racista norteamericana. ¿Quién sale ganando en un conflicto entre líderes religiosos abusivos y un pueblo que no conoce del mundo más que lo que alcanza a ver en la televisión local?
Ningún punto relevante de la trama fue develado en esta nota, ya que este caso ha sido seguido por la prensa desde hace un par de décadas, también parte de esta información se puede encontrar evidentemente en Wikipedia.
Lo que no van a encontrar en las redes, es que en la estratégica fórmula cinematográfica de los hermanos Mclain y Chapman Way, la cual ha sido educada y trabajada en otras obras aclamadas como lo fue su primer documental comercial The Battered Bastards of Baseball, existe el misterio de volar la cabeza a partir de debates morales y psicológicos. Una vez que le den play a Wild Wild Country no van a poder parar hasta el final, mismo que los dejará con cuestionamientos filosóficos tan poderosos como la razón de la existencia o sobre los opuestos morales del bien y del mal. Simplemente imperdible.
SNPSMX/Alex Avilés