Historia de la pasta
Sin duda, cuando el hombre aprendió a cultivar cereales, molerlos para transformarlos en harina, mezclarla con agua y secarla al sol para mejorar su conservación,
nacieron el pan, la cerveza y la pasta.
Los italianos hablan de la existencia de la pasta tres mil años antes de Cristo. Se basan en numerosas decoraciones halladas en la tumba etrusca Grotta Bella, Umbría, Italia. En ellas se reproducen instrumentos de trabajo para elaborar la pasta como la tabla de amasar, el rodillo y la rueda dentada.
Cuentos de la historia de la pasta
El origen de la pasta: el primero antes de 1244 se refiere a un médico del Bergamasco, Alessandria, Italia, quien al examinar a un pastor de Génova le dice: “usted no tendría esa enfermedad en la boca si no hubiese comido carne, fruta y pasta”.
El segundo, de 1279, es sobre un notario de nombre Ugolino Scarpa, quien al leer el testamento de cosas dejadas a un soldado llamado Ponzio Bastone, habla de algunos envases llenos de macarrones.
Marco Polo
En cuanto a la posibilidad de que fuese Marco Polo quien llevara la pasta desde China a Italia, el profesor Dickie lo atribuye a una película protagonizada por Gary Cooper. En la historia el aventurero italiano descubre la pasta en China y la lleva a Italia. A partir de allí, no queda claro si fue la película que creó la leyenda urbana o al contrario.
Otros lugares donde se cree que se fue inventada la pasta
China era de dos clases de mijo, un cereal muy popular en continentes como Asia y África, rico en proteínas. Para transformarlo, el grano se molió y con la harina se produjo la masa para estirarla y formar los tallarines. Incluso hasta hoy en día se fabrican esos fideos en China, así como los de arroz.
Los que existían en el Levante mediterráneo eran de trigo, tal y como se conocen en la actualidad. Por eso la relevancia que se le otorga a los árabes, quienes comenzaron a cultivar este cereal, según pruebas, desde el año 6700 a.C.
A quienes hayan sido los que inventaron la pasta, la humanidad entera les agradece, ya que este delicioso alimento ocupa frecuentemente la mesa de cada hogar.
Se hacía con los pies
El clima seco de Liguria, Sicilia y Campania favoreció ampliamente la producción de pasta en Italia. De allí se fue extendiendo, de manera tal que en 1500 se hacía en todo el país.
Varias máquinas de fabricación se confeccionaron a través de la costa de San Remo desde 1600, pero la mezcla de sémola con agua se amasaba, en sus inicios, con las manos. Luego se llevó a cabo con los pies, hasta la segunda mitad del siglo XVIII. Decían que era lo mejor y que así quedaba más suave.
Las primeras prensas hidráulicas aparecieron alrededor de 1870 y su evolución fue gradual. La primera máquina para llevar a cabo toda la producción de pasta fue creada en 1933.
Aunque con algunas variantes, la elaboración de pasta seca es básicamente con trigo duro y agua. Existen en la actualidad pastas hechas con harina de trigo, integrales, sin gluten, de arroz y una infinidad. Pero la sémola de trigo duro es la que contiene el gluten que permite que la pasta seca pueda cocerse y permanecer al dente.
Innumerables atributos
La practicidad que ofrece la pasta hizo que su difusión en todo el planeta fuera de manera casi inmediata. Es económica, fácil de hacer, transportar y almacenar. Al año se producen millones de toneladas en el mundo.
En la actualidad, los principales productores son Italia, Estados Unidos, Turquía, Brasil y Rusia. Sus aportes nutricionales son múltiples, incluyen proteínas, grasas, minerales y vitaminas. Si son rellenas, pues se suman las propiedades de su contenido, bien sean carnes u hortalizas.
De cualquier tamaño, relleno, acompañante o sabor, es un plato con el que siempre se queda bien y saca de apuros.