Besar a tu mascota tiene consecuencias
Podemos pensar que besar a nuestra mascota es inofensivo, pero esta demostración de cariño puede acarrear problemas de salud.
Aunque no son letales, los besos de mascotas pueden producir desde inflamación crónica en el estómago, dolor abdominal, diarrea o fiebre, hasta afectaciones a órganos como el hígado y los pulmones, señaló la especialista Nayeli Xochiquetzal Ortiz Olvera
No todos los microorganismos que transmiten las mascotas «al dar un beso» o lamer la cara causan enfermedad. Sin embargo, de acuerdo con la gastroenteróloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) deben considerarse de cuidado algunos como: Campylobacter jejuni, Helicobacter heilmannii (H.H.) y pylori (H.P.), así como Toxocara.
Referente a H. heilmannii, explicó mediante una publicación de la casa de estudios, los humanos solo son portadores y no les provoca daño, mientras que en tus mascotas podría ocasionar afecciones estomacales como inflamación, vómito y diarrea.
Problemas de hígado
En tanto, Campylobacter se manifiesta en el humano con dolor abdominal, fiebre y diarrea, que puede complicarse con deshidratación. Su periodo de incubación es de horas a días y pude tardar meses en manifestarse.
En cuanto a la toxocariasis, la larva que la produce viaja por el torrente sanguíneo y puede infectar casi cualquier tejido; el hígado y los pulmones son los de más frecuencia.
Además, el paciente presenta fiebre e inflamación en el hígado sin causa aparente y su periodo de incubación es de cuatro días hasta meses.
No más besos
Por ello, recomendó no dejar que las mascotas «den besos» o laman la boca o los ojos a fin de también evitar conjuntivitis o alguna otra infección severa, y lavarse adecuadamente las manos después de acariciarlas.
De acuerdo con Ortiz Olvera, casi 36 millones de adultos en nuestro país están infectados por H.pylori debido a la mala higiene o hábitos inadecuados. Este padecimiento prevalece en humanos y poco en animales, se asocia a procesos inflamatorios crónicos en el estómago.
Fue hasta 1994 que la Organización Mundial de la Salud (OMS), la reconoció como un carcinógeno.
UTV/MDO/