13 tendencias que marcarán futuro en los negocios

Llaman así a un tipo nuevo de emprendedores que montan su propio negocio para obtener ingresos suficientes como para mantener el estilo de vida que desean sin grandes apuros económicos. La mayoría son amantes de largos viajes por el mundo, del contacto con la naturaleza y de la conciliación familiar y, como no quieren renunciar a nada de esto, crean un negocio, generalmente unipersonal y digital al objeto de evitar ataduras físicas y rigideces de horario. Tampoco suele entrar en sus planes la escalabilidad de la empresa, dado que un crecimiento desmesurado del negocio implicaría ciertas renuncias vitales, así que en muchos casos, prefieren decantarse por los ingresos pasivos y son fieles a las máximas que postula Tim Ferris en su libro ‘the 4-Hour Workweek’ .

Si hasta hace poco levantar rondas de financiamiento de uno o más millones de dólares era motivo de celebración entre las startups, ahora empieza a postularse aquello de que no hay dinero gratis ni inversores más saludables que los propios clientes, al menos mientras se esté en las primeras fases. Antes de ir al venture capital, conviene preocuparse por facturar cuanto antes y buscar la rentabilidad. Luego, ya se verá. Emprender sin financiamiento externo permite, además de mantener el control de la compañía, marcar tus propios ritmos de evolución y, sobre todo, vigilar los gastos.

Y si antes hemos hablado de una nueva clase de emprendedores que montan negocios para disfrutar del estilo de vida que quieren, también entre los empleados crece la demanda de flexibilidad laboral y ser ellos mismos quienes controlen sus tiempos. En esta línea, numerosas startups cuentan con plantillas dispersas por distintos continentes que se jactan de funcionar a la perfección gracias a la tecnología. Valga el ejemplo de Blarlo, una empresa que ofrece servicios de traducción gestionando a 4.000 empleados independientes.

Ya en el lado del contratante, aunque muchos sigan abogando por el presencialismo, los hay también que empiezan a ver ventajas en el teletrabajo y en la contratación por proyectos. Esto les permite disponer de la mano de obra y el talento necesario solo cuando lo necesitan. Como tendencia en este sentido surge la denominada ‘gig economy’ que apunta a la contratación esporádica y que, si en un principio se relacionó con la precariedad laboral, ahora se liga también a los profesionales de alto valor. Empresas que se apuntan a esta tendencia son, por ejemplo, Outvise , una plataforma que reúne a una red de más de 23.000 profesionales expertos de todo el mundo.

También en la parte de las contrataciones se han puesto de moda términos como el smart working, donde más que valorar el CV de los candidatos a un puesto de trabajo, se tienen en cuenta sus destrezas, habilidades y competencias reales.

Como principal aliado tecnológico de la transparencia en los mercados, suele hablarse del blockchain aplicado a la trazabilidad

De todas las verticales dispuestas bajo el paraguas de Amazon, se dice que la división que más dinero reporta a la compañía es la de Amazon Web Services (AWS), donde se vende almacenamiento y procesamiento de datos a empresas que renuncian a disponer de su propia infraestructura para la tecnología informática. Es el negocio que se conoce como computación en la nube y, aunque no es nuevo, sí que cobra cada vez más valor entre las empresas pasando de considerarla una tecnología emergente a ser parte esencial para proveedores de servicios de todo tipo.

Cabe señalar también en el mundo cloud que otra tendencia es la mayor dispersión de servicios públicos en la nube a lo largo de diferentes ubicaciones y con tamaños más reducidos. Hay estudios que confirman que, en la próxima década, el mercado de centros de datos modulares (HPE) va a crecer a una tasa interanual del 22,3%, impulsado por las nuevas tendencias de descentralización de la infraestructura TI empresarial.