Finanzas feministas: de la inclusión a la riqueza financiera. Por Itzel Gutiérrez.
A través de los años, se han ganado batallas a favor de la equidad de género. No obstante, a pesar de que las mujeres constituyen más de la mitad de la población mundial, el mundo de las finanzas continúa fuera del alcance de la mayoría. A priori, la brecha salarial pareciera es la causa de desigualdad de género; sin embargo, existen factores arraigados sistemáticamente que fomentan estas divergencias. Está claro que la carencia de educación financiera en México es alarmante, pero es la segunda causa de autoexclusión financiera en mujeres, a pesar de un aumento en la oferta de instituciones financieras.
El primer paso es la inclusión mediante la educación, ya que el hablar sobre dinero entre mujeres sigue siendo un estigma, la transferencia de conocimiento generacional se da dependido del género. Sin embargo, los paradigmas sociales han empujado al cambio que se vive actualmente; cada vez más mujeres son económicamente activas. Cabe destacar que la inclusión financiera de las mujeres beneficia a la sociedad entera, bajo la suposición de una nula brecha de género mundial en inclusión financiera, se generarían 40 mil millones de dólares de ingresos adicionales.
Partiendo de una base de conocimientos financieros sólidos, las mujeres pueden incursionarse a la riqueza financiera con el propósito de salvaguardar su patrimonio a futuro. Hoy en día, los productos con baja liquidez son menos utilizados por las mujeres, debido a que son empleados en gastos de hogar, esto frena la acumulación de activos. Cabe destacar la importancia de las instituciones financieras en impulsar el camino hacia la riqueza financiera mediante productos pensados en las necesidades de las mujeres. Los productos especializados fomentan la acumulación de riqueza para que un pleno desarrollo profesional sea independiente del género.
Además, las barreras financieras impuestas por un sistema patriarcal pueden reducirse mediante la autonomía financiera lograda a través de la educación financiera. Las mujeres pueden tener mayor seguridad y autonomía en su vida cotidiana, impulsando las capacidades de cada una. El feminismo financiero busca no solo reducir la desigualdad, sino también empoderar a las mujeres para que sus recursos sean utilizados para impulsar un cambio. A través de esfuerzos conjuntos, la sociedad puede encaminarse hacia inclusión y riqueza financiera para todos.
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