Los 7 Consejos sobre Inteligencia Financiera para Mujeres de Itzeel Gutiérrez
Aun bien entrado el siglo XXI, muchas mujeres sienten aprehensión y tienen obstáculos inherentes a su género para triunfar en el mundo de los negocios y las inversiones. Por supuesto, no se debe a falta de capacidades, inteligencia o creatividad para plantearse objetivos financieros, sino a que muchas de ellas tienen sentimientos abrumadores que las llevan a quedar atascadas preguntándose cómo hacer que eso suceda.
Estas emociones pueden ser producto de una formación restringida en materia de finanzas. Las mujeres, sobre todo en los países en vías de desarrollo, reciben una educación con carencias en esta área que les impide poner en práctica emprendimientos propios. En general, ellas no son formadas para cargos de dirección y gerencia, sino para puestos con labores repetitivas y con poca capacidad para diversificarse.
Incluso si han sido favorecidas con un alto nivel educativo, en general los estudios están organizados para insertarlas en estructuras y relaciones de dependencia. Al salir al ejercicio laboral les es más fácil emplearse como parte de una organización que intentar establecer su propio negocio o empresa debido al desconocimiento de la documentación requerida y los pasos previos para independizarse.
Sin embargo, las mujeres cualquiera sea su estrato social y formación educativa están interesadas y tienen muy buenas ideas para las finanzas. Muchas de ellas llevan las riendas económicas del hogar sin darse cuenta de que de ese modo ya están emprendiendo en este mundo. Así que pueden visualizar lo que desean, pero no saben cómo lograrlo.
La empresaria Kim Kiyosaki como mujer conoce estas dificultades. Ella misma se inició muchos años atrás en bienes raíces haciendo una pequeña compra inmobiliaria que le generó muchas inquietudes, pero fue el primer paso hacia las metas que ha alcanzado hoy.
Ella calcula que el camino hacia el logro de cualquier objetivo que se plantee una mujer, desde la libertad financiera hasta la pérdida de peso, puede clasificarse en siete pasos consecutivos. En general, estos pueden ayudar a cualquier fémina a organizarse y avanzar.
A continuación están los siguientes siete pasos de Kim Kiyosaki para que una mujer pueda alcanzar sus metas financieras, y en general cualquier objetivo de su vida, pues son un método para enfocarse de eliminar las emociones agobiantes que le impiden alcanzar sus objetivos:
1. Conocer su destino
Es el primer paso y generalmente el más fácil de establecer para las mujeres porque ellas, aunque inicialmente no sepan cómo, sí saben qué es lo que buscan. Ellas conocen sus necesidades personales y las de su familia, qué les gusta hacer y aquello para lo que son buenas.
Sin embargo, por esas mismas restricciones en su formación, sueñan en grande pero temen reconocerlo. Por eso, conocer y reconocer sus pasiones y adónde quieren llegar es el primer paso en el camino al logro financiero.
Debido a este vínculo tan estrecho entre la mujer y su objetivo, más que meta o proyecto, debe llamársele “destino”. Cuando alguien piensa que está destinado a algo es porque siente una atracción ineludible y está obligado a alcanzarlo, a encontrarse con ese destino.
Por otro lado, la mujer, además de preguntarse cuál es su destino financiero, también debe saber qué necesita ―en términos monetarios― para llegar allí. No interesa su nivel de conocimientos financieros (eso también se considerará en este método, pero más adelante). Lo importante es que al reflexionar sobre su meta, empezará a hacerse preguntas y las mismas la van a motivar a buscar respuestas.
¡Mujer, no tema hacer una declaración de deseos demasiado audaz! ¡Hombre, apoye sin límites a las mujeres a su alrededor en sus aspiraciones!
2. Establecer un plan
Si bien el primero paso es el más sencillo para las mujeres (son libres de pensar e imaginar), el segundo es el que puede generar más temor, porque hacer un plan equivale a empezar a concretar las cosas, a poner los pies sobre tierra luego de soñar. Recuerden que las metas sin planes son solo deseos.
La profesora en Psicología de la Universidad Dominicana en California, Dra. Gail Matthews, dirigió un estudio sobre el establecimiento de metas, donde concluyó que los participantes que manifestaron por escrito y escogieron una persona a quien reportarle sus avances semanalmente, representaron un 70% de logros, en comparación con el 35% de los que se guardaron sus planes para sí mismos.
Probablemente, los planes deban ser reevaluados y modificados a medida que se avanza y encuentran situaciones nuevas o inesperadas, pero siempre hay que tenerlo como punto de partida del destino financiero. Y la idea del estudio de la Dra. Matthews de asentar por el escrito un plan y compartirlo con alguien que funja de mentor ayudará a la mujer, por un lado, a responsabilizarse y, por otro, a sentirse apoyada y a no desistir cuando pierda el rumbo.
3. Dividir el plan en pequeños pasos alcanzables
Los sueños grandiosos suelen ser increíblemente intimidantes. Obviamente salen de nuestra zona de confort y constituyen un reto porque implican llegar a lugares donde nunca antes hemos estado. Pero ningún nadador profesional cruzó la piscina olímpica ida y vuelta el primer día que entró en el agua. Empezó abarcando distancias pequeñas y mejorando su técnica de nado, y eventualmente llegó a hacer la prueba de los 1500 metros.
Las mismas reglas se emplean en las finanzas: para alcanzar el éxito, las mujeres deben dividir sus grandes metas en objetivos suficientemente pequeños para que sean manejables y alcanzables. Seguramente en su vida cotidiana hay muchas responsabilidades, y puede sentirse abrumada si tiene tareas muy grandes o complicadas.
Entonces, si las mujeres sienten que alcanzan ítems con frecuencia empezarán a motivarse y querer más. A la mente le gusta superar retos. Tachar pasos de la lista que escribió en el plan (recuerde que había que poner el plan por escrito para hacerlo funcionar), no importa si se trata de metas muy simples, es muy satisfactorio.
4. Avanzar un paso cada día
Ahora que existe una lista de pasos pequeños y manejables hacia la meta final, la mujer debe asegurarse de trabajar en ellos periódicamente para ir avanzando y conservando la motivación. Una vez que la rueda ha sido puesta en movimiento, es fácil pero prioritario no detenerse, pues se corre el riesgo de perder el impulso y la velocidad que ha acumulado.
Cuando vengan a darse cuenta, ellas estarán cada vez más lejos del inicio y más cerca de su destino con la ayuda de un plan definido y pequeños pasos.
5. Utilizar todas las herramientas organizativas a la disposición
Tener un plan implica ser organizada. Generalmente las mujeres tienden a ser organizadas, sobre todo porque llevan en paralelo la vida hogareña, familiar y laboral y no pueden darse el lujo de descuidar ninguna. Entonces, ellas deben aprovechar esta inclinación natural hacia la organización en su proyecto financiero.
Hoy en día existen muchísimas aplicaciones y programas digitales que están a la distancia de un ordenador y un teléfono inteligente. Cumplen funciones de recordatorios, archivadores y herramientas para tener el plan y lista de pasos a mano.
Recuerde que a medida que el proyecto económico va tomando forma, empezará a acumular información, materiales, datos, presupuestos, todos dinámicos y que variarán con frecuencia. Por eso requerirá de la colaboración de organizadores y recordatorios prácticos y transportables, tanto físicos (carpetas, libretas de anotaciones) como digitales.
6. Aprender todo el tiempo y todo lo que se pueda
Se dijo anteriormente que muchas veces las mujeres tenían buenas ideas y sueños, pero su ignorancia en materia financiera las detenía en su avance. Precisamente, el antídoto para vencer ese impedimento es educarse financieramente.
Las mujeres siempre se quejan de su falta de tiempo para atender todos sus asuntos diarios, mucho menos tienen tiempo para aprender. Pero hoy en día aprendemos más en una hora frente a la computadora de lo que podía aprender un campesino de la Edad Media en todos los años de su vida. Así que no hay justificativo para decir que no puede aprender sobre finanzas.
Puede comprar un libro para “dummies” sobre educación financiera y luego ramificarse según su área de interés o proyecto.
Esté pendiente de las páginas Web de inversiones y si consigue una interesante y comprensible para usted, afíliese a ella para recibir información periódica.
Trate de no aislarse de las conversaciones sobre tema económicos. Muchas veces por falta de interés en el área, preferimos cambiar el canal de televisión o no involucrarnos con quienes estén conversando al respecto. Pero esa actitud debe cambiar si desea aumentar su inteligencia financiera.
Si no obtuvo nociones de administración y contaduría en su época escolar, eso no significa que no las pueda aprender ahora. Anímese a estudiar pensando en su meta y cómo se sentirá cuando llegue a ella.
7. Construir su equipo de trabajo y red de apoyo
Las mujeres deben contar con dos grupos de personas. Para alcanzar su destino financiero, deben conformar un equipo de profesionales especializados que las ayudarán a encontrar y analizar las oportunidades. Es importante identificar a la gente idónea para esta colaboración.
La red de apoyo son esas personas que las animan, entienden y le desean lo mejor para alcanzar su destino financiero. Puede que no compartan sus objetivos o no trabajen para ellas, pero podrán descansar en estos aliados sus angustias y dudas, y se alegrarán con ellas por sus avances. Es ese pequeño grupo está más cerca de ellas y tienen el mayor impacto en sus pensamientos y decisiones. Recuerde que para las mujeres, el factor emocional ocupa un puesto importante en sus vidas.
Por eso deben escoger con cuidado el equipo de trabajo así como la red de apoyo, ya que cualquier falla en ese sistema las perjudicará. Personas que se quejan y no hacen nada sobre su economía, y peor, en el fondo tampoco quieren verlas triunfar, son personas que nos las acercarán al fracaso y de las que se deben alejar.
La recomendación final es que las mujeres deben encontrar espíritus afines en su viaje de realización financiera, u otras mujeres que ya hayan tenido éxito y les sirvan de inspiración y guía.