Alberto Dana: «vivienda económica no significa casa incómoda»
Por Alberto Dana*
Al utilizar los buscadores de internet para identificar lo que se conoce como “vivienda económica”, invariablemente se encuentran los mismos resultados: casas con pocos metros, construidas en serie, con espacios reducidos y, hasta cierto punto, poca privacidad justamente por el tamaño.
No se concibe posible que una vivienda económica o barata tenga espacios amplios, diseños innovadores y estéticos, que cuente con materiales amigables con el medio ambiente, áreas comunes de esparcimiento o, incluso, con tecnologías que brinden dignidad a las personas o familias que las habitan.
¿Cómo se rompen estos añejos modelos?
Existe la falsa creencia generalizada de que las ecotecnias – como celdas solares, sistema de captación de agua de lluvia o ecoladrillos, entre otros – o las llamadas amenidades de un desarrollo habitacional encarecen significativamente la vivienda. Estamos acostumbrados a ver estos elementos en zonas residenciales de mayor plusvalía en distintas ciudades del país.
Hoy estos patrones han quedado eliminados gracias al ingenio y creatividad de jóvenes arquitectos que nos hemos atrevido a romper moldes y hemos decidido desarrollar casas habitación con todos estos diferenciadores que dignifican la vida de sus habitantes, brindándoles espacios sanos para un óptimo desarrollo personal y familiar.
Vivienda digna.
Muchos arquitectos construimos casas que nosotros mismos habitaríamos pensando en todo con lo que nos gustaría contar.
Hemos comprobado que, por ejemplo, ampliar un pasillo 15 centímetros, o aumentar el tamaño de las ventanas 20 centímetros son pequeños detalles que hacen grandes diferencias dentro de las casas. Y qué decir de las áreas comunes con las llamadas amenidades, como salón de usos múltiples, gimnasio, alberca, sala de juegos o asador.
Todo esto es posible para una “vivienda económica”, pero no se había hecho simplemente porque las necesidades de los habitantes y la visión de los arquitectos eran muy distintas.
La nueva realidad, además, nos ha obligado a adaptar nuestros proyectos a las exigencias que impuso el trabajo desde casa derivado de la pandemia. Actualmente, es necesario que nuestros planos contemplen áreas que cuenten con los necesario para poder trabajar.
Entre los puntos que dictan las nuevas tendencias de construcción a nivel global, y México no es la excepción, es que las viviendas deben contar con seguridad, digitalización y sustentabilidad, entre otros. Son elementos básicos para atender las necesidades de quienes habitarán nuestros desarrollos.
Aunado a lo anterior, no hemos limitado nuestra visión a todo lo que he mencionado. Nuestra tendencia y desafío es replicar, en colonias populares, modelos de desarrollos inmobiliarios propios ubicados en zonas de mayor precio, bajo un elemental principio: todos tenemos el derecho de tener una vivienda digna sin que la diferencia de recursos se convierta en un impedimento.
Loa despachos de Arquitectura deberíamos asumir el compromiso social y personal de construir casas sí para hacer negocio, y también para ofrecer opciones a las personas cuya situación económica limitada no les quite la posibilidad de vivir como realmente lo desean.
Estamos obligados a que en internet aparezcan casas de primer nivel cada vez que se escriba en el buscador “vivienda económica”.
Alberto Dana
Socio Fundador
Concepto Taller de Arquitectura