3 ideas erróneas que te harán fallar al invertir. JC Reynoso.
1. “Estas acciones ya no se mueven y estoy aburrido. Voy a vender”.
Esta es una excusa típica que usan los inversionistas que dan más peso a sus emociones que a su lógica. En lugar de adoptar una estrategia de inversión de largo plazo, buscan enriquecerse rápidamente, participando en operaciones impulsivas de corto plazo.
En realidad, esta estrategia los lleva a fracasar rápidamente, porque no le dan a su inversión el tiempo suficiente para prosperar y generar retornos. Estos inversionistas a menudo buscan una descarga de adrenalina en los periodos de alta volatilidad y no se dan cuenta de los beneficios que ofrecen las estrategias de inversión sostenidas en el largo plazo.
Al comprar y vender acciones con demasiada rapidez, los inversionistas corren el riesgo de entrar y salir del mercado en los peores momentos posibles, y es más probable que pierdan o limiten su potencial de ganancias.
Lo correcto: Los inversionistas deberían optar por estrategias de largo plazo, que les ayudarán a obtener ganancias con el tiempo, así como a considerar la posibilidad de diversificar sus carteras con una gama de acciones de diferentes industrias, como la tecnología, los vehículos eléctricos y la energía. Una cartera diversificada permite al inversionista reducir su riesgo, sin perder posibles rendimientos.
2. “Voy a reinvertir la semana que viene, cuando baje el precio”.
El equivalente bursátil de la procrastinación es esta actitud de dejarlo para mañana, la cual puede formarse en la mente de los aspirantes a inversionistas que posponen tomar decisiones de inversión, mientras esperan que los precios bajen.
A menudo, por incertidumbre o por miedo, los inversionistas con esta mentalidad generalmente pierden las mejores oportunidades debido a su indecisión.
Lo correcto: Todo el mundo quiere ser quien aproveche la caída de un valor (catch the dip, le dicen en inglés), pero es casi imposible medir los tiempos del mercado. Es mejor seguir una estrategia como la de Promedio de costo en dólares, que enfatiza ignorar las fluctuaciones del mercado y, en cambio, invertir una cantidad fija de dinero a intervalos regulares, con una visión de largo plazo, para generar mayores rendimientos a lo largo del tiempo.
3. “Prefiero esperar hasta que el mercado sea lo suficientemente estable para invertir”
Como saben muchos inversionistas inteligentes, los mercados son impredecibles, especialmente como pudimos verlo, durante la pandemia. Hubo altos niveles de volatilidad en torno a diferentes industrias, por lo que esperar a que el mercado quede “estable” es como esperar a que llueva durante una sequía.
La lógica detrás de esta excusa también es defectuosa, ya que estos inversionistas dicen que están esperando que el mercado se estabilice. Lo que realmente tiende a suceder es que los precios de las acciones continúan corrigiéndose positivamente (especialmente después de una caída importante como la depresión del mercado de marzo de 2020), lo que hace que terminen pagando inevitablemente un precio más alto por las acciones que habían visto afectadas.
Lo correcto: el mercado fluctúa constantemente y los períodos de estabilidad pueden ser difíciles de anticipar en el largo plazo. En lugar de esperar que el mercado se estabilice, es más inteligente conocer las variables que impactan la volatilidad del mercado y cómo se han desarrollado históricamente. Es importante estar atento a cosas como reportes y noticias de la empresa. Sin embargo, es una buena idea estar atento a los eventos macroeconómicos como las cifras de desempleo, el PIB, los memorandos de los bancos centrales y los principales anuncios regulatorios.