Después de tres años de restauración, casi listo “el caballito” de Tolsá
México, 6 Mar (Notimex).- El equipo de restauradores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ,que se ocupa de restituir la integridad del monumento “El Caballito”, figura ecuestre hecha de bronce y recubrimiento pétreo, retiró velos de cera y un recubrimiento negro que desvelaron una capa pictórica verde utilizada de origen por el pintor valenciano Manuel Tolsá.
La restauradora Jannen Contreras Vargas, coordinadora del proyecto de intervención, dio a conocer que eliminar de forma paulatina dichos elementos, que dieron origen al tono de “El Caballito” a lo largo del siglo XX, y el registro de la capa de origen son clave para definir los tonos de los recubrimientos que se usarán para la integración cromática de la obra restaurada.
La restauración, recordó, es un proyecto que interviene los tres elementos del monumento: el núcleo del basamento, el recubrimiento pétreo del pedestal y la escultura en bronce.
Hasta ahora, expuso Contreras, la limpieza de la escultura ha consumido gran parte de la agenda, pues en términos de una pintura de caballete sería como trabajar con un lienzo de 46.5 metros.
Además, destacó que en 2013 una intervención inadecuada provocó que se vertiera ácido nítrico sobre el monumento, lo cual ocasionó la pérdida de 45 por ciento de la capa escultórica. El resto tenía aún el recubrimiento negro, del cual se ha retirado más de tres cuartas partes.
Tras finalizar la limpieza de la capa pictórica, que se dificulta en los recovecos, seguirá la limpieza y estabilización de las áreas afectadas en 2013, una medición colorimétrica para ubicar la gama original y generar un color base para el nuevo recubrimiento.
Lo anterior mientras concluyen los análisis en el Instituto de Química de la UNAM que permitirán definir con exactitud la técnica pictórica empleada por Tolsá sobre “El Caballito”.
Adelantó que en la aplicación de recubrimientos deberá emplearse polímero compatible resistente al intemperismo, tomando en cuenta que la atmósfera de la Ciudad de México del siglo XXI dista mucho de la de hace 213 años, cuando se creó la escultura.
Mientras los restaurados continuan, bajo tierra se han abierto tres calas estratigráficas para identificar el tipo de cimentación y conocer sus características como apoyo del núcleo de concreto del pedestal.
Al respecto, la arquitecta Mariana López Mendoza, encargada de esta labor, indicó que es imprescindible realizar estos sondeos ante la ausencia de informes sobre la cimentación hecha en 1979, para el traslado del monumento de Bucareli a la Plaza Tolsá.