Festival de Cannes, haciendo temblar a las buenas conciencias
¡Feministas! ¡Feministas en todas partes! El movimiento #MeToo se hizo presente en las escalinatas del más prestigioso Festival de Cine con el único propósito de advertir que es el momento de las mujeres en el cine.
Este 19 de mayo fue la última jornada de actividades en su edición setenta y uno del Festival más prestigioso de la cinematografía mundial. Este renombre se remonta a los años previos a la Segunda Guerra Mundial, donde la cultura ya era víctima de la censura y sesgos políticos pues era el mismo Hitler quien decidía qué película ganaba un premio y qué película no. Fue entonces que algunos entusiastas como Philippe Erlanger, molestos con la operación del arte y la cinematografía de la época, hicieron hasta lo imposible para estructurar la idea de un muestrario de películas donde países de todo el mundo pudieran exhibir trabajos de alta calidad de manera libre y sin restricciones políticas.
No fue sino hasta el 22 de septiembre de 1946, luego de casi nueve años de haberse concebido en la mente de Erlanger, que el Festival de Cannes puede ver la luz en un ambiente aún entristecido y debilitado, pero ávido de promover el Séptimo Arte.
La protesta como invitado de honor, marca simbólica del festival de Cannes
El arte es en esencia provocador, y ya que las obras cinematográficas involucran una gama importante de otras disciplinas, el Séptimo Arte se convierte en una plataforma de experimentación que cimbra conciencias, sentidos y sensibilidades.
Así, en diversas ocasiones algunos asistentes que forman parte de este Festival ya sea como miembros, asistentes o participantes han puesto el dedo en la yaga ya sea por rivalidades, por hablar de temas polémicos, por portar atuendos inadecuados o simplemente por llamar a la revolución con su sola presencia. Tal fue el caso de Simone Silva, actriz de origen francés y egipcio cuya excéntrica y exhibicionista forma de ser, no fue comprendida por la época.
Cannes, un victimario más
En el año de 1954, La protagonista de películas de serie B, Simone Silva, fue nombrada Miss Festival en la edición de ese año, este nombramiento estuvo acompañado de una sesión fotográfica junto al actor Robert Mitchum. Todo era risas y diversión hasta que los fotógrafos de manera inocentísima le pidieron que se quitara la parte de arriba del bikini, a lo que ella accedió picarescamente, dicha acción provocó el repudio de los organizadores quienes le pidieron que se retirara del evento.
Una nueva era para las mujeres en el cine
Sesenta y dos años después, la historia pinta un poco distinta para las mujeres, pero no lo suficiente. Y esto lo pusieron de manifiesto 82 directoras nominadas en la historia del Festival. Todas ellas caminaron encadenadas de los brazos en grupos y se plantaron en la escalinata roja; La Presidenta de la mesa del Jurado en esta edición, Cate Blanchet, también fue la vocera de este mitin junto a la cineasta francesa Agnes Varda quien tradujo al francés el mensaje de cientos de mujeres que en voz de la australiana se escucho contundente: “Las mujeres no son una minoría en el mundo, pero el estado actual de nuestra industria señala lo contrario”.
SNPSMX/Alex Avilés