Cruz de Yalálag representa fortaleza y esperanza
En la sierra oaxaqueña nace la Cruz de Yalálag, los orfebres de Oro de Monte Albán le han dado un nuevo giro para convertirla en un accesorio.
En la sierra oaxaqueña, prospera la comunidad Zapoteca de Yalálag; tierra portentosa que se atavía de color con su diversidad de flores silvestres, y en donde nace la inolvidable Cruz de Yalálag, un sello distintivo de su comunidad.
Desde una perspectiva cósmica, social o religiosa, para los oaxaqueños la simbólica Cruz de Yalálag representa su fortaleza y esperanza. La Cruz personifica el mundo con sus cuatro rincones y orientaciones. El tránsito del dios Sol de Este a Oeste y el cruce de la vida humana de Sur a Norte. De ella penden tres adornos: el izquierdo significa el cielo, el derecho la tierra y el central, el viento; itinerario de la deidad Cosijo para hacerse historia humana y servir a su comunidad. En los extremos cuelgan cruces fincadas en corazones. Los lugareños aseguran que según se combine con otros elementos, la emblemática cruz enriquece su significado, y de acuerdo a su tamaño y forma, podrá advertir el estado civil de sus mujeres.
Para dar vida a cada Cruz de Yalálag, los orfebres de Oro de Monte Albán han hecho suyo lo mejor del espíritu de la creación: la destreza, la precisión y la pasión. Año con año, los orfebres oaxaqueños han incorporado en sus diseños de Cruz de Yalálag diversos materiales como: oro, plata o madera. Lienzos que cobran vida, hechos manualmente en los talleres de Oro de Monte Albán a través de dos técnicas utilizadas desde épocas inmemoriales: el tejido de filigrana y el vaciado a la cera perdida, conservando la herencia de nuestros antepasados, dotando cada diseño con fe, esperanza y caridad, para crear un vínculo de unión invisible entre quien adquiere una joya y quien la recibe.
No lo pienses más y conviértela en tu accesorio favorito en dijes o aretes.